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Joss Stone: Una mágica travesía entre fuerza y dulzura

Joss Stone

La noche del jueves 9 de junio en Movistar Arena, Joss Stone fue la protagonista de un concierto que, pese a la baja de una gran invitada como KT Tunstall, fue redonda con excelentes vaivenes rítmicos.

Cuando se supo que Joss Stone pisaría suelo nacional, se generó una gran expectación por qué presentaría la británica en este nuevo show, en donde a pesar de la pandemia, ha sabido lanzar unos cuantos singles y traer nueva música a la escena. Con este propósito, se embarcó en una gira que ha tenido muy buena recepción, pero que pude comprobar apenas entro por el escenario, expresando talento, fuerza, pero sobre todo dulzura, con una calidad realmente impresionante.

El show estaba pensado para tener dos teloneros, por una parte la chilena Francisca Valenzuela y por otra KT Tunstall, la cual canceló sus presentaciones en Latinoamérica por problemas de salud no especificados por la producción. De todas formas, con la Fran Valenzuela abriendo el show, debo decir que fue una noche de gran nivel, en donde cada una mostró lo mejor de su artillería, deslumbrando a un Movistar Arena que se dejaba caer por el profundo sonido.

Empezando con fuerza, de arriba hacia arriba

La telonera de este show fue nada más y nada menos que Francisca Valenzuela, una artista que nos tiene acostumbrados a buenas presentaciones. La noche del jueves 9 de junio no fue la excepción, ya que la Fran brilló por si sola con las canciones más emblemáticas de su carrera, junto con algunos nuevos sencillos que nos dejaron con ganas de más.

Comenzó muy puntual con su show, específicamente a las 19:42, subiendo al escenario 3 minutos antes de la hora presupuestada. El Sonido del espectáculo fue pulcro y nítido en todo momento, en donde no hubo errores audibles, todo estaba tan bien ecualizado que el piano junto con los otros instrumentos sonaba de una manera magistral. La energía y desplante de Fran Valenzuela es algo que ya conocemos, y que cada vez que vemos es como si lo estuviéramos viendo por primera vez, todo se desenvuelve tan bien que es un show rico de ver.

El show de Fran contó con 2 invitados, tremendos a mi parecer, que añadieron un toque especial y distinto a este espectáculo. Por una parte, tuvimos a la excelente guitarrista Cler Canifrú haciendo presencia en el escenario con un atractivo solo de guitarra, y por otro lado, el talentosísimo Francisco Victoria, que derrochó talento y melancolía con su voz. Quizás, el punto más bajo estuvo con Cler, nada con ella, sino con su presencia, ya que a pesar de tener un tremendo solo, se sintió muy poco tiempo, dejó con gusto a poco. Podría haber estado una canción completa en vez de solo una parte.

De todas formas, el espectáculo de la Fran fue completísimo y a la altura de lo que se esperaba más adelante, como Joss Stone, en donde para finalizar su presentación, cantó un cover de KT Tunstall, recordándonos un poco lo que faltó, pero ejecutado de una forma muy gentil.

Viajando entre muchas emociones

Luego de algunos minutos de espera y cuando el reloj marcaba las 21:05, Joss Stone subió al escenario, con un vestido apabullante, que acompañaba esa gran voz característica de la británica, y que solo nos invitaba a seguir y apreciar su enorme talento.

Comenzó con sus canciones más suaves, invitando primero al público a subirse de a poco a la gran ola de emociones que nos tenía preparada, en donde su dulzura, ternura y cercanía con el público se notaron inmediatamente después de algunos acordes. A medida que pasaban las canciones, Joss Stone demostraba por qué ha sido catalogada como una de las mejores voces del planeta, y es que esas notas potentes, alargadas y repletas de matices, son inconfundibles desde hace varios años, demostrando que siguen más vigentes que nunca.

El sonido se escuchó excelente en todo momento, los instrumentos gozaban de una nitidez exquisita de escuchar, en donde todo estaba tan bien ecualizado y compuesto, que era difícil notar algún desperfecto, todo se sentía vivo, fino y detallado al oído, una verdadera delicia. No obstante, en la mitad de la presentación, uno de los parlantes comenzó a tener algunas fallas, siendo un poco molesto en ciertas partes de una canción. Después de unos minutos, se notó gravemente el desperfecto, siendo muy notorio y produciendo una onda grave bastante molesta. Por supuesto que esto no era parte ni culpa de la cantante, pero si empañó un poco ese momento. De todas formas, el concierto continuó tan firme que se olvidó rápidamente el error.

Posteriormente a un pequeño encore, Joss Stone subía nuevamente al escenario, para interpretar un par de canciones más, dejando a todos los asistentes con gran euforia al cantar los clásicos de siempre, aquellos clásicos que le dieron la fama mundial hace varios años atrás. Sin dudas, una presentación que, a pesar de tener en un momento puntual fallas de sonido ajenas a la cantante, fue de menos a más, en donde constantemente nos transportábamos entre la euforia, la fuerza, la delicadeza, la dulzura y la ternura, con una Joss Stone bien interactiva con el público, hasta el punto de regalar unos girasoles en su última canción.

Una noche íntima, cercana y eufórica, en donde un Movistar Arena se dejaba llevar por la conducción de esta capitana, que no cesó en ningún momento y que demostró una vez más, por qué sigue estando vigente como la gran cantante que es, sin más.