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El Cuarteto de Nos: Una fría noche abrigada por la euforia de los acordes

El Cuarteto de Nos

El pasado sábado 6 de agosto fuimos testigos de una nueva visita del clásico Cuarteto de Nos a nuestro país, que no esperaron absolutamente nada para entregar un show tan enérgico como variado.

Hablar del Cuarteto de Nos es hablar de esas bandas que siempre están buscando cosas nuevas, entregando poder y energía pese a cualquier circunstancia. Después de un estallido social y una pandemia que aún no termina, la banda uruguaya anunciaba un nuevo tour, incluyendo Chile, en donde los fanáticos emocionados comenzaron a generar toda ola de emoción por la banda, a tal punto de llenar completamente tres presentaciones en el país.

De esta forma, con un show en Quilpué y dos en Teatro Coliseo, El Cuarteto de Nos demostró por qué siguen estando a la altura de las circunstancias, por qué generan esa emoción cada vez que anuncian un tour y por qué los fanáticos son cada vez más fieles a su música, ya que su vitalidad está lejos de perder el encanto que han tenido desde los inicios.

Encendiendo la noche suave y magistralmente

El encargado de abrir la presentación del Cuarteto fue nada más y nada menos que Palma, el proyecto musical del cantante y productor chileno Pancho Padilla, el cual contiene elementos mezclados de tal manera que genera una atracción instantánea al escuchar los primeros compases.

Comenzando puntual a las 19:30 hrs, Palma se subía al escenario para demostrar que el reggae está más presente que nunca, y vaya que lo hizo. Aunque no es precisamente rock, el cantante supo encender al público, que lo recibió de una excelente manera, muy respetuoso escuchando cada uno de los singles.

En su presentación, contó con una gran banda que simplemente sonaba de maravillas en un repleto Teatro Coliseo, demostrando calidad y suavidad a partes iguales. Las coristas por otro lado, destacaban en las melodías de las canciones, en donde se conjugaban de excelente forma con el cantante. Sus canciones sonaban muy bien, sin errores audibles, en donde cada tema fue un viaje preciso para conectar con la música, para apreciar un rico sonido y para calentar los motores de una intensa noche que se divisaba.  

Palma es un derroche de talento que realmente me impresionó, en donde tuve la oportunidad de verlo por primera vez en vivo y que gracias a toda su puesta en escena, volvería a verlo sin dudas. Su música es un viaje para ir con los ojos cerrados, dejándote guiar por los acordes de todos los instrumentos.

Energía, potencia y vitalidad a partes iguales

Después de aproximadamente 50 minutos del show de Palma, era el turno de la banda que todos estaban esperando ver. Se podía sentir esa ansiedad por parte del público por ver a una de las bandas que cuando hace un concierto, lo entrega todo, sin más. Precisamente esa fue la tónica de toda la noche, con una banda ensimismada en demostrar cuánto echaban de menos los escenarios y cuánto echaban de menos al público chileno, y vaya que se sintió.

Comenzaron muy puntales, 20:33 para ser exactos, soltando toda la artillería de un solo golpe, sin previo aviso, sin introducción. Las primeras canciones fueron las estocadas principales para un público que estaba cediendo de rock, cediendo de poder. Una tras otra fueron las canciones que sonaban, sin pausas ni respiros, para brindar toda la energía al público, entrando en calor muy rápidamente.

Los fanáticos, extasiados, saltaban y coreaban las canciones a más no poder, sintiéndose una energía y vibra muy grande en todo el teatro, a tal punto de ser sentido por los mismos músicos, ya que constantemente quedaban unos segundos mirando sorprendidos. Es un hecho que El Cuarteto de Nos sabe cómo hacer las cosas, cómo llevar y encantar a su público, no defraudando en lo absoluto.

Después de unas cuantas canciones enérgicas y sin treguas, pasaron a los tema más lentos, con el fin de poder apreciar un poco más las letras y dar un descanso a ese intento comienzo. En este punto del concierto, debo decir que aparecieron los primeros errores de sonido, en donde los acoples y saturaciones de algunos micrófonos producían ruidos molestos, por pequeños momentos pero molestos aun así, siendo quizás un factor no tan positivo. Sin embargo, la actitud de los músicos era tan intensa, que no había lugar para desviar la atención.

Debo decir también que el setlist fue muy bien escogido, ya que tuvo la curvatura clásica y perfecta; Un comienzo fuerte, un medio lento y un final fuerte, la receta perfecta para el éxito (o eso dicen). Lo anterior, quedo totalmente demostrado por el Cuarteto de Nos, ya que después de un par de temas lentos y reflexivos, era la hora de tirar toda la carne a la parrilla y cerrar con broce de oro, tal como nos tienen acostumbrados.

En el último cuarto del show, fue éxito tras éxito, con una gran intensidad demostrada con cada movimiento de los músicos, en donde el público respondía con una efusividad realmente apabullante. Tuve la oportunidad de ver también el show anterior que había hecho la banda aquí en Chile, precisamente en el Teatro Nescafé, y pese a que ese show fue muy potente y eficaz, el de esta oportunidad fue extremadamente superior, dado que se pudo distinguir con tan solo unos segundos de apreciación las ganas que tenía la banda por demostrar el cariño a todos sus fans chilenos.

Fue una noche redonda, distinguida por la entrega, pasión y amor que demostró el Cuarteto, en donde toda la energía y vitalidad, ayudó para abrigarnos completamente de una fría y lluviosa noche.